martes, 27 de febrero de 2018



NOTA: Para aquellos que piensen o puedan tener la desfachatez de justificar actos así, mejor no opine si no tiene la capacidad y dignidad para leer e internalizar lo que expongo:

¿De víctimas a victimarios?


Autor: Peter Pantoja Santiago 
Juncos, Puerto Rico

Jueves 15 de febrero de 2018

Hoy, Estados Unidos comienza a despertar de la pesadilla de una masacre en una Secundaria de la Florida, pero no de sus nefastas leyes para portar armas.

De inmediato se inundaron las redes sociales de pensamientos, frases de odio y seguramente darán pie a que la asquerosa presidencia de la “gran nación”, vuelva a activar sus cañones para atacar a la comunidad latina, hispana y a todo lo que no le parezca.

En muchas ocasiones, actos detestables como esta desgracia, son productos de muchas cosas que no se ven o nos deseamos ver como sociedad, acumulamos factores y no volteamos a mirar más allá.

El caso de hace unos años en Columbine en abril 20 de 1999 en el Condado de Jefferson en Colorado, fue una de esas muestras donde la sociedad aporta y abona en ese acumular de odio en una mente perturbada que explota en aquel triste sucedo que años después continuamos observando en los Estados Unidos de América.

Nikolás Cruz lo adoptaron cuando era muy pequeño por un matrimonio, el padre adoptivo falleció hace años y du madre adoptiva Lynda Cruz murió en noviembre pasado.

En medio de todo lo que representa esto en la vida de un niño, al fallecer su madre adoptiva, el joven y su hermano fue fueron dejados al cuidado de amigos de sus padres adoptivos en Florida, donde iniciaron los problemas con los tutores y el  comienzo del estalle de sus problemas y la obsesión con armas de fuego y armas blancas militares entre otras.

Tengo unas cuantas preguntas que hacer:

¿Dónde o como actuó el departamento de niños y familias desde el primer evento donde esos niños fueron adoptados?, ¿les dieron seguimientos en todos estos años al desarrollo como niños?, ¿ayudaron a sus padres en el proceso?, Posterior a la muerte de su padre y luego la madre adoptiva; ¿tuvieron ayuda estos niños y el dejarles en manos de los amigos de esos padres adoptivos era la mejor opción para ellos?, no para el Estado, sino ¿para ellos?, la sociedad y entorno de esos menores, entiéndase escuelas, comunidad, iglesias; ¿aportaron a que esos menores se pudieran sentir arropados y protegidos después de volver a perder a sus seres de referencia?...

...es muy difícil en la sociedad tan individualista en que vivimos, poder observar para el lado, repito, no justificaré JAMÁS actos como estos, la violencia NUNCA será el medio para absolutamente NADA, pero también es justo detener nuestro paso en el camino para poder reflexiona si en los tiempos en que vivimos tenemos ese espíritu de compasión, altruismo y honestidad para empatizar con aquellas personas más frágiles porque quizás han tenido que vivir con mayor dureza en sus pequeñas vidas, experiencias traumáticas que no se han sentido arropadas como para perderse en la peor prisión que es la mente y que detonen en atrocidades como éstas.

Es muy fácil detenernos a juzgar a ese joven, a atacarle, a desearle lo peor, quizás muchos padres están hablando de que le maten, que le cuelguen, y en casa no tienen la capacidad moral para saber llegar al corazón de sus hijos, criando con total indiferencia, todo comienza en la base del hogar, también lo difícil de la vida.

Me pregunto si para esa Secundaria fue más fácil expulsar a un estudiante que buscar por medios legales, sociales, psicológicos ayudarle.

No estoy haciendo responsable a la Secundaria por estos hechos, porque al final la misma sociedad somos responsables de muchas conductas a través de los racismos, xenofobias, rechazos, contiendas entre tantas otras cosas que alejan y no unen.

¿Cual habrá sido ese factor base que colmó la copa de ese mente para llegar a tan alto grado de perturbación?, ¿se percató alguien?, los que se percataron; ¿hicieron algo o voltearon su mirada?

...¿en que momento se hizo adictivo a las armas de fuego?, ¿cual fue el detonante para convertirse en un estudiante conflictivo?, ¿en que momento encontró el motivo que le hizo atentar de esa manera contra sus ex compañeros de estudios?, ¿cómo atendió en todo este tiempo para proteger a sus estudiantes la Secundaria y los encargados de salvaguardarles?, ¿cómo no tomaron en consideración el miedo y terror de sus compañeros de estudios cuando ellos indicaban que el portaba armas a la escuela y las mostraba, dónde la responsabilidad de la Secundaria quedaba ante estos hechos y dónde quedaba la responsabilidad de las “leyes” en la portación de dichas armas?

Me duele profundamente saber cuantas familias están viviendo el dolor más grande de perder un ser amado por causa de las armas, me duele porque se en carne propia lo que se siente, pero también me duele ver con la indiferencia que la sociedad trata estos casos, pasarán cuantos días, semanas, meses o años para que algo así suceda, ¿cómo como sociedad lo vamos a prevenir?, ¿hasta cuándo seremos quienes abonemos a que la perturbación de otros llegue a tal grado?

Sin dudarlo, parte de la responsabilidad de eventos como este la tiene el mismo Estado de esa “gran nación”, que es más fácil obtener un arma que un seguro médico en Estados Unidos.

Ahora nos toca prepararnos para escuchar próximamente a los políticos estadounidenses incluyendo a su nefasto presidente, enfilar cañones contra los hispanos, latinos, musulmanes y contra todo lo que les venga en gana, sin hablar decentemente contra la ineptitud en las leyes de esa “gran nación”.

Nos toca reflexionar sobre hasta cuando se marginarán a esos niños, adolescentes y jóvenes que por diversas razones son solitarios en las escuelas, hasta cuando como sociedad se les estará dejando de lado sin buscar por todos medio de incluirles, de lograr que se adapten, es más fácil mantener una línea de bullying, de juzgarlos y no de poner manos a la obra para ayudar a sanar sus internas heridas.

Pienso que en este caso, como en tantos otros, les tocará reflexionar de otra manera a los que quedan y sobrevivieron a esta desgracia, vendrán las preguntas y lo más triste, sin respuestas claras porque ya no se puede volver atrás, pero ahora pueden comenzar a trabajar para que no se vuelva a repetir.

Nosotros como sociedad debemos juzgar menos y tener más discernimiento para colocar todo desde una perspectiva de comprensión, no estamos hablando de justificación de actos deplorables como éste, sino de tratar de cambiar esa mentalidad de atacar, despreciar, pre juzgar porque lo hacemos consciente o inconscientemente y pienso que en ello está el hacer la diferencia para bien o para mal, porque no podemos continuar en muchas ocasiones ser quienes convirtamos a víctimas en victimarios.

#prayfeoflorid


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